¡Hola! Soy Cecilio; psicólogo sanitario, orientador educativo y experto en terapias contextuales, terapias asistidas con animales y dificultades del aprendizaje. 

Me considero un tipo bastante peculiar, un punto de excentricismo y totalmente alejado del cliché de psicólogo de bata que se puede activar en tu cabeza cuando piensas en esta profesión. Lejos de grandes dogmas, ni de pócimas secretas, creo en el sentido común, en el trabajo demostrado empíricamente y en el trabajo fundamentado en el amor profundo hacia esta noble profesión.

El enfoque desde el que me siento eficaz y creo que puedo serte de utilidad es introduciendo y teniendo en cuenta a las familias en todo el proceso terapéutico. Formar y empoderar a las familias para que ellas mismas pasen a ser, junto con sus peques, el centro de la intervención y los propios propulsores del cambio.

Mi experiencia en el ámbito del trabajo de la salud mental en menores empezó en un área totalmente diferente a la que me dedico actualmente. Empecé en 2014 con breves experiencias por diferentes centros de menores de protección y de reforma. Estas experiencias las inicié con muchísima ilusión, pero con la misma fuerza que iniciaba, iba perdiendo la ilusión al ver que aquel sistema representaba todo lo contrario a lo que me había llevado a estudiar psicología. Tras esto, empecé a relacionarme con la diversidad funcional y con la atención temprana. Podría decir que fué amor a primera vista. Desde el primer día supe que había nacido para esto. Lo puedo hacer mejor o peor, pero es el trabajo de mi vida, lo máximo a lo que uno puede aspirar. Acostarse un domingo por la noche y pensar; “guau, mañana me toca tal niño y después este otro”. Me hace sentir tan especial que me siento en deuda con cada una de las familias que han compartido conmigo sus tesoros durante estos años.

Durante estos años cabe destacar dos experiencias por encima del resto, sin desmerecer a nadie vaya; Clínica Bimba y la Unidad de Desarrollo y Atención Temprana de Vithas. La primera por brindarme la posibilidad de iniciarme en el mundo de la diversidad funcional, por apostar por mí en un momento en el que yo no apostaba para nada por mí. Siempre diré que Bimba fue el nido que necesitaba para poder volar. Sin ese equipazo, posiblemente ahora no me dedicaría a esto. La segunda, no por ello menos importante, la UDIAT de Vithas. Para mí, era un sueño formar parte de este equipo y no estaba equivocado. No solo fueron los dos años de mayor aprendizaje, también conocí a gente que me llevaré para toda la vida, a compañeros que han pasado a formar parte de mi vida. Y no sólo eso, aún más; niños y niñas de adjetivos incalificables, con familias igualmente adorables que siempre llevaré en mi corazón.

Pero no todo iba a ser bueno, claro que no. La Clase Chica y yo mismo, también somos fracasos estrepitosos. Cómo olvidar mi fatídico paso por el colegio Liceo Erasmus… Aún de pensarlo se me eriza el vello. Pero también soy eso, me equivoco muchísimo, soy un tipo de impulsos y acepto el error como parte de la vida y del aprendizaje. También de los errores pueden salir las mejores cosas, en mí caso así fue. La Clase Chica nace de esta desafortunada experiencia, de una mini-aula adaptada para atender a alumnos NEAE, ¡y qué alumnos! jamás los olvidaré, ellos fueron los causantes y verdaderos artífices de todo esto.”La Kiase Chuica”...